PRUEBA ULTRASÓNICO DE PILOTO

Para la prueba ultrasónica, al menos dos tubos (ya sea de plástico o de acero, con un diámetro mínimo de 50 mm o 2"), se introducen en el pilote y se llenan con agua.

Un transmisor de pulsos ultrasónicos (como en CHUM) se baja en una de esas tuberías y un receptor, en otra. (Con CHUM, ambos pueden funcionar como receptor o transmisor) Tanto el transmisor como el receptor están conectados por cables al CHUM, que registra el primer tiempo desde la llegada (FAT) y la atenuación de energía a medida que las sondas se elevan simultáneamente hasta la parte superior.

 

Siempre que el FAT y la atenuación de la energía sean aproximadamente constantes, se puede deducir que la calidad del hormigón también es uniforme y, por lo tanto, el pilote es aceptable.

Por otro lado, si en algún nivel hay un aumento notorio en el FAT y/o en la atenuación de la energía (también conocida como prueba de Energía Relativa), significa que el concreto en ese nivel es inferior o defectuoso. En tal caso, la prueba puede repetirse con el transmisor y el receptor a diferentes niveles (escaneo del área del defecto), técnica que permite determinar tanto la ubicación como la extensión del defecto (tomografía - 2D in situ y 3D fuera del sitio). La instalación de un mayor número de tuberías en el perímetro proporciona una cobertura casi completa de la sección transversal del pilote.

 

Debido al carácter del método ultrasónico, puede detectar defectos que pueden escapar a la detección por otros métodos de prueba de integridad de pilotes (como PET). Es especialmente adecuado para ensayar pilotes de gran diámetro, muros de pilotes secantes y elementos de muro pantalla.

 

Si se encuentra algún defecto, se pueden perforar los tubos de acero a la profundidad correspondiente y reparar el pilote mediante lechada.

 

Los pilotes se pueden ensayar después de que el hormigón haya ganado algo de resistencia, normalmente a los cinco días o más desde el momento del vaciado.